jueves, 1 de marzo de 2012

Depresión

Anoche me vi con Billie en el Café Society. Cuando entré, a eso de las doce de la noche, sonaba un boogie-woogie, y frente al piano estaba Albert Ammons: “sol, si. re. mi; fa (natural), mi, re, si; sol, si. re. mi; fa (natural), mi, mi, re, si... do, mi, sol, la; si (bemol), la, sol, mi...Billie y yo no podíamos dejar de mover ritmicamente nuestros pies por debajo de la mesa en la que nos acabábamos de sentar.

Sin darnos cuenta comenzamos a hablar de economía, bueno de economía es un decir. En realidad hablamos de cómo nos afectaba eso que los políticos llamaban crisis económica y que a nosotros nos estaba dejando con lo puesto. Los periódicos hablan de que el paro se había elevado a casi el 25 por ciento, el comercio se había desplomado, la construcción se encontraba detenida por completo y que la Depresión estaba arruinando a todos los países y a sus ciudadanos, sobre todo, a los que menos tenían. Entonce Lady Day, echándose a reír me dijo que cuando ella y su mamá (La Duquesa) encontraron un apartamento en Harlem la Depresión ya había comenzado: “Al menos eso oímos decir”. Fíjate que “para nosotras una depresión no era nada nuevo: siempre la habíamos tenido. Solo eran una novedad las colas para recibir alimentos, que fueron casi lo único que nos perdimos de la Depresión”.

Dicho esto, Billie se levantó para ir al escenario y saludar a Mary Lou Willianms que iba a actuar a continuación, pensé en las dificultades que mujeres, tan valiosas como ella, tenían para abrirse camino de un modo digno. En fin...
Cuando regresó Billie, Mary Lou desgranaba una de nuestras canciones preferidas: Roll Em. Era ya muy tarde cuando salimos del Café Society. Cogimos un taxi y la acompañe hasta su casa, en la 139. Después me quede vagando por Manhattan. No tenía prisa; el tiempo podía esperar.

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