“Antes
de comenzar siempre me froto los pezones con hielo para endurecerlos
y aumentar su prominencia; quedan tersos como cerezas. Luego llegan
las agotadoras sesiones fotográficas”. Natalie se echo a reír.
Estaba sorprendida de las palabras de la joven modelo con la que
estaba hablando. De su sinceridad.
Yo
llegué al Beverly
Hills Hotel de
Los Ángeles para reunirme con Natalie justo a tiempo de escuchar
las palabras de la joven. Más tarde Natalie me explicaría que
había conocido a la modelo meses atrás en los estudios
cinematográficos. Que hicieron amistad y de vez en cuando ambas
quedaba para hablar. Hoy se han encontrado casualmente
Al
presentármela Natalie, ella me saludó con una amplia y alegre
sonrisa. Al verla de cerca me di cuenta de su deslumbrante belleza.
“Soy Norma, Norma Jeane”, me dijo. Natalie me
comentaría que Norma estaba divorciada: “Su ex marido es un tipo
que se enroló en la Marina y fue enviado a Australia; no le gustaba
que su mujer trabajara como modelo y la puso en la tesitura de tener
que elegir. Ella eligió divorciarse: “Lo
más importante que conseguí con mi matrimonio fue acabar para
siempre con mi condición de huérfana”, le comentaba a Natalie.
Luego recordaría haber visto su fotografía en la portada de alguna
publicaciones para las que trabaja Vlady: Laff y Pix entre otras, y
Natalie me comento que Norma había trabajado de extra en un par de
películas.
Se
preguntarán qué hago yo en el Beverly Hills Hotel y fuera
del Café Society. Bueno como ya he explicado trabajo en los diálogos
de una película muda que se va a rodar próximamente en Hollywood.
Si han leído bien: los diálogos de una película muda y en la que
trabaja como actriz principal Natalie, mi adorable y amada Natalie.
Esta
noche actuá aquí en el Beverly Hills Hotel la orquesta de
Charlie Barnet, que hace una versión fantástica de Swing StreerStrut y de Lament for May. La cena y sobremesa se alargó
hasta las tantas. Natalie y yo nos reímos mucho con los sueños de
Norma: “Cuando contemplo la noche de
Hollywood pienso que debe de haber miles de muchachas tan solas como
yo que sueñan con convertirse en estrellas de cine. Pero no voy a
preocuparme por ellas. Yo sueño más que nadie”.
No
obstante los martinis y
el cansancio, intuí que esta joven dará argumentos para escribir
acerca de ella. Su inteligencia natural es sorprendente.
Cuando nos
despedimos de Norma, Natalie y yo nos dirigimos al ascensor. Antes de
entrar ella se quitos los zapatos con disimulado gesto de dolor.
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