martes, 16 de octubre de 2012

Un gran tipo

Hoy vengo acompañado al 3 Deuces, el club en el que ahora he instalado mi cuartel general nocturno. Ya les dije hace cierto tiempo que el Café Society había cerrado. La culpa de todo ello la ha tenido esa persecución indiscriminada contra todo lo que pueda sonar o ser sospechoso de comunista. El comunismo es desde luego una total y absoluta tiranía. Mas no todos los intelectuales que trabajan en el mundo del cine o de la música ya sean cantantes, músicos actores, actrices, o escritores, como en mi caso, son comunistas. Para nada. La no comprensión de esto ha llevado a nuestro Gobierno a cometer grandes injusticias. Pero en fin, aquí estoy para reunirme con amigos, charlas y oír buen jazz.

Esta noche me he encontrado en la acera de la 52 vagabundeando, como siempre, al profesor Gaviota. ¿Qué quién es? Profesor Gaviota es el seudónimo por el que todo el mundo en Manhattan conoce a Joseph Ferdinand Gould, autor de la Historia Oral del Mundo Contemporáneo, el libro más largo jamás escrito, según nos cuenta Gould, y de lo que yo no tengo la menor duda. En una ocasión ya me mostró una buena parte de lo que llevaba escrito, en total, según me contó y pude ver, aunque no contar, alrededor de 10.000.000 de palabras. Gould es un tipo bastante raro, entre bohemio y vagabundo; más de esto último que de lo primero. Mientras le invito en el 3 Deuces a un Bourbon doble sin hielo, me cuenta que es amante de de las culturas  Chippewa's y Mandan's, y reportero del New York Evening Mail, algo que yo ya sabía.


En pago de los dos Bourbon dobles que se tomará, y a los que le he invitado, me obsequia con uno de sus  autorretratos. Ya veré dónde lo coloco, entretanto se lo muestro a ustedes. 

Esta noche actúa Ella Fitzgerald y mi viejo amigo Teddy Wilson. Juntos hacer una versión portentosa de Melancholy Baby.
Además del profesor Gaviota se sienta en mi mesa la mujer de Teddy Wilson, y yo por mi parte estoy esperando como cada día, impaciente, a Máxine. Gould apura su segundo Bourbon, se levanta de la mesa, me saluda afectuosamente y se marcha. La verdad es que es un gran tipo.

En este momento suena para mi All My Life. Ella y Teddy son adorables, la verdad. Entra Maxine; viene rutilante, enfundada en un llamativo vestido color malva en el que se marcan sus seductoras nalgas.

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