miércoles, 23 de mayo de 2012

Delicada intervención


Una enfermedad nada grave pero que requiere cierto reposo me ha tenido apartado de mi cita diaria con el Café Society. Barney, el dueño, ha salido rápidamente nada más verme a preguntarme. Lo mismo ha hecho Herni, el barman.
Las hemorroides y los últimos excesos han sido los causantes de esta prolongada ausencia, les he explicado. A ver si se me entiende, no es que yo sea de esos que van poniendo el culo por ahí, no. Pero ya saben: el bourbon, el tabaco, el picante... los excitantes, como el café, y no se si los sexuales que para mi son Maxine, Natalie y Vlady, están detrás de mi dolencia. 
Le dije al doctor que no estaba dispuesto a renunciar a ninguno de mis vicios, placeres y costumbre sociales, si acaso, al picante, ya que en el fondo no aporta nada de interés a mi vida. El medico, que es un colega del doctor Wilkinson me dijo que en ese caso me llevaría directo al quirófano para hacerme "una delicada intervención". Y que al menos durante diez o quince año no tendría que volver a darme por el culo, ya que si seguía con mis placeres y no la palmaba antes, me tendría que volver a operar. Yo acepté encantado.

Pero bueno yo no he venido esta noche al Café Society para hablarles de mi culo, sino para ver a mi amigo Count Basie y su orquesta. He de decirles que nada es comparable a este grupo. Nada. Si además canta Billie, como así ha sido All of mi y My man don't love me qué puedo decir ya. Nada. 

Yo que soy un enamorado del saxo, del trombón de varas y de la trompeta tendrían que escuchar a Ben Webster, a Coleman  Hawkins y  Benny Morton y a Roy Eldridge y Joe Wilder, por no hablar del resto.

Escuchándolos ni tan siquiera me he percatado de que la dureza de la silla ya no me molesta allí donde hace ahora un mes fue el causante de tener que ir de cabeza a la mesa de operaciones. Es fantástico.

Esta noche espero a Maxine, esa negra maravillosa de la que ya les he hablado. Cuando estamos juntos, les diré que el recibo de la luz me sube una barbaridad. Es imposible estar con ella en la cama a oscuras. Necesito verla entera y explorar cada rincón de su incomparable cuerpo. La luz es una bendición, aunque se lleve una buena parte de mis derecho de autor. Se lo aseguro, una bendición. Mientras llega me pongo a charlar con Billie.

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