Una enfermedad
nada grave pero que requiere cierto reposo me ha tenido
apartado de mi cita diaria con el Café Society. Barney, el dueño,
ha salido rápidamente nada más verme a preguntarme. Lo mismo ha hecho Herni, el barman.
Las hemorroides y los últimos excesos han sido los causantes de esta prolongada ausencia, les he explicado. A ver si se me entiende, no es que yo sea de esos que van poniendo el culo por ahí, no. Pero ya saben: el bourbon, el tabaco, el picante... los excitantes, como el café, y no se si los sexuales que para mi son Maxine, Natalie y Vlady, están detrás de mi dolencia.
Le dije al doctor que no estaba dispuesto a renunciar a ninguno de mis vicios, placeres y costumbre sociales, si acaso, al picante, ya que en el fondo no aporta nada de interés a mi vida. El medico, que es un colega del doctor Wilkinson me dijo que en ese caso me llevaría directo al quirófano para hacerme "una delicada intervención". Y que al menos durante diez o quince año no tendría que volver a darme por el culo, ya que si seguía con mis placeres y no la palmaba antes, me tendría que volver a operar. Yo acepté encantado.
Las hemorroides y los últimos excesos han sido los causantes de esta prolongada ausencia, les he explicado. A ver si se me entiende, no es que yo sea de esos que van poniendo el culo por ahí, no. Pero ya saben: el bourbon, el tabaco, el picante... los excitantes, como el café, y no se si los sexuales que para mi son Maxine, Natalie y Vlady, están detrás de mi dolencia.
Le dije al doctor que no estaba dispuesto a renunciar a ninguno de mis vicios, placeres y costumbre sociales, si acaso, al picante, ya que en el fondo no aporta nada de interés a mi vida. El medico, que es un colega del doctor Wilkinson me dijo que en ese caso me llevaría directo al quirófano para hacerme "una delicada intervención". Y que al menos durante diez o quince año no tendría que volver a darme por el culo, ya que si seguía con mis placeres y no la palmaba antes, me tendría que volver a operar. Yo acepté encantado.
Pero bueno yo no
he venido esta noche al Café Society para hablarles de mi culo, sino
para ver a mi amigo Count Basie y su orquesta. He de decirles que
nada es comparable a este grupo. Nada. Si además canta Billie, como
así ha sido All of mi y My man don't love
me qué puedo decir ya. Nada.
Yo que soy un
enamorado del saxo, del trombón de varas y de la trompeta tendrían
que escuchar a Ben Webster, a Coleman Hawkins y Benny
Morton y a Roy Eldridge y Joe Wilder, por no hablar del resto.
Escuchándolos ni
tan siquiera me he percatado de que la dureza de la silla ya no me
molesta allí donde hace ahora un mes fue el causante de tener que
ir de cabeza a la mesa de operaciones. Es fantástico.
Esta noche espero
a Maxine, esa negra maravillosa de la que ya les he hablado. Cuando
estamos juntos, les diré que el recibo de la luz me sube
una barbaridad. Es imposible estar con ella en la cama a oscuras.
Necesito verla entera y explorar cada rincón de su
incomparable cuerpo. La luz es una bendición, aunque se lleve una
buena parte de mis derecho de autor. Se lo aseguro, una bendición. Mientras llega me pongo a charlar con Billie.
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